miércoles, 1 de septiembre de 2010

Entrevista a Rafa Kas

"Una afición por el rock no compartida en casa, pero más tarde respetada, unas ganas tremendas de emular a mis ídolos, una adolescencia pegada a una guitarra"
Así nos describe Rafa sus comienzos en la música hace ya más de veinticinco años.

"Lo que empieza como una banda amateur con un nombre ridículo, aunque muy propio de la época (me refiero, claro está, a Tratamiento Anticaspa), acaba en 1985 siendo mi primer proyecto profesional".

Éste es el punto de partida de una vertiginosa carrera junto a numerosas bandas:

"A finales del 86 formo parte de Güestia, uno de los primeros proyectos de rock cantado en asturianu, y colaboro con el grupo folk Beleño. Entro brevemente en Esquil y los Mures, pero recibo una propuesta de Jorge Martínez para cubrir la vacante de bajista en Ilegales, con los que grabo un disco y permanezco en la banda hasta 1991, cuando acepto una oferta de Desperados para ir a Madrid, a donde llego con 500 pelas de las de antes, que esa misma noche me fundo en birra. Permanezco dos años con Desperados, paso otros dos en Los Toreros Muertos, dos mas con La Unión, grabo disco con Alphaville y entro a formar parte de los Electric Playboys con Willy Vijande. Después de eso, la situación de la vida nocturna en Madrid (debido al nefasto gobierno del PP) es tan paupérrima que me cojo los bártulos y me vuelvo a mi Asturias a dar clase de guitarra en el Taller de Música de Oviedo. Entro en Fe De Ratas, grabo tres discos con ellos, lo dejo hace tres años y actualmente estoy de vuelta con ellos. Espero no haberme dejado muchas cosas por el camino".

Esta impresionante trayectoria nos muestra a Rafa Kas como un polifacético guitarrista que no se deja encasillar;

"Me gustan infinidad de estilos, y no veo porqué como músico he de limitarme a uno. Eso empobrece. (Tengo muchos grupos porque no quiero obligar a mi gente a ser tan ecléctico como yo). Un día me levanto con ganas de emular a Cliff Gallup o Brian Setzer, y entonces llamo a Nenuco  y Los Prenatales. Otro día me levanto duro y llamo al Power Trío. Si tengo el ánimo Power Pop, me junto con la Tuscany, etc, etc…"

A Rafa Kas le gustaría que lo recordaran como un músico honesto, aunque admite que a estas alturas no sabe si quiere ser recordado. Lo que sí tiene claro es con quién le gustaría experimentar:

"Creo que me gustaría estudiar con Robert Fripp, aunque temo que nuestras personalidades sean absolutamente incompatibles. No obstante, es mi guitarrista más admirado, aunque no le haría ascos a tener la oportunidad de tocar con Jimmy Page, Jeff Beck, Brian May, Friedman, Gilbert, Andy Summers, Lifeson, Steve Howe, David Gilmour, Clapton, Collins, Albert King, B.B. King… La lista es interminable".

Entre sus últimas adquisiciones se encuentra The Healers, una banda de NY que vio en directo en el Savoy y el Snakes and Arrows de Rush, mientras ansioso, espera comprar lo último de este grupo canadiense.
Siguiendo con la conversación Rafa nos muestra su opinión sobre la música en la red:
"No existe base para legislar internet, y por tanto no sería legal cerrar un portal p2p. Hemos de afrontar los hechos, en vez de tener un ataque de histeria como ciertos miembros de la comunidad musical, cuya jubilación está garantizada con un pastón en un mes que puede que yo no vea en una vida. Hay que confiar en la gente. Algunos fans te comprarán la música, y la gran mayoría la bajará, pero casi todos irán a verte. Si tienen un mínimo de conciencia, nuestra supervivencia está garantizada. Al menos, internet también nos da la oportunidad de llegar a más gente sin necesidad de tener un contrato discográfico, y las redes sociales son un escaparate perfecto para exponer nuestro arte."

Y para terminar, una pequeña reflexión respecto a la actual situación de la escena musical asturiana en la voz de quien conoce este mundillo desde hace varias décadas:

“Siempre he defendido que Asturias tiene una gran cantera musical. El problema es la proyección de estas bandas fuera de nuestro circuito local. El movimiento se está recuperando, gracias en parte a la recuperación de la vida musical en Oviedo y Gijón. Si Avilés y Mieres tomasen ejemplo, ya tendríamos algo más serio. Pero existe un problema. A la gente le da igual ver un grupo o no verlo. Van a un sitio con música en directo por el ambiente y las copas. Esto no ha cambiado tanto desde los 80. Respecto a mí, no sé. No creo ser la persona más adecuada para saber si he evolucionado o estoy estancado. Sólo sé que he vuelto a sobrevivir a otra Semana Negra, y que sigo tocando”.

Deseamos que esa guitarra siga sonando por mucho tiempo.

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